Actualizado el viernes, 2 agosto, 2024
¿Quieres una técnica perfecta para tus dedos y la colocación de mano y brazo izquierdos en violonchelo? Mira esta 11ª lección del Curso Básico de Cello y aprende a tocar de manera impecable desde el principio. ¡Toca y estudia siempre de forma correcta!
Lección en vídeo: técnica de dedos, mano y brazo izquierdos en violonchelo
El propósito de cualquier recurso técnico en el chelo es el de proporcionar una herramienta que facilite conseguir el objetivo que se busca. En el caso del brazo, mano y dedos con los que seleccionamos las notas en las cuerdas pretendemos pulsar las notas de manera clara, ágil, segura y limpia. No podemos conseguirlo sin una técnica depurada y controlada. La idea es que empecemos desde los inicios entendiendo la técnica para aplicarla lo antes posible. Con ello conseguiremos interiorizarla con rapidez, para que tocar el violoncello de forma natural sea algo que hagamos sin pensar. Tocar bien es usar una técnica impecable de manera espontánea, sin pensar en ello. Para lograrlo, la manera más eficaz es trabajar correctamente desde el principio, sin darle la oportunidad a nuestro cerebro de interiorizar nada que esté mal hecho.
Cómo se ponen los dedos de la mano izquierda en el chelo
El primer punto:
a la hora de colocar los dedos en el cello es hacerlo de manera perpendicular al mástil. Esto significa no ejercer ningún ángulo extraño. Si el violonchelo está correctamente colocado en nuestro cuerpo, será tarea sencilla hacerlo. La mano caerá de forma natural, como cuando ponemos los dedos para tocar una flauta o sujetamos un bocadillo, por decir algo más cotidiano. Deja que la mano se aproxime al mástil, sitúa el dedo pulgar a la altura de la segunda línea-guía del violonchelo (en la parte posterior) y posiciona el resto de dedos sobre el diapasón.
El segundo punto:
para evitar el error habitual en todos los alumnos que empiezan con el violonchelo, es no dejar los dedos planos sobre el diapasón. Se trata de que en todo momento puedan vibrar con total libertad el resto de cuerdas, además de aquellas en las que tenemos puestos los dedos. Aunque ahora no parezca relevante, pues tan solo ponemos los dedos en una cuerda, que es la que tocamos, lo es. Más adelante empezarás a tocar estudios y obras más complejas. Créeme, necesitarás la libertad del resto de cuerdas, confía en mí. Para ayudarnos utilizaremos la posición del brazo, desde el codo, como te explico más adelante.
El tercer punto:
y quizás el más difícil de interiorizar en los inicios, es la de no agarrotar los dedos presionando más de la cuenta. Es algo habitual, no te preocupes si lo haces. De hecho, si no lo haces en los inicios, creo que serías el primer ser humano en la tierra en conseguirlo. He tenido alumnos de todas las condiciones y edades durante mis más de 20 años dedicado a la enseñanza, y no hay ni uno solo al que no le haya ocurrido.
Esto es así porque la dificultad del propio violoncello nos provoca esa tensión. Es una respuesta natural. Como cuando no funciona la pila del mando de la tele y, de forma incomprensible y totalmente inútil, apretamos con más fuerza en vez de cambiar la pila. Del mismo modo, cuando el instrumento nos suena mal, tensamos y apretamos más fuerte en vez de corregir el error. En el caso del cello está más justificado, claro, ya que somos aprendices y muchas veces no tenemos las herramientas para saber qué estamos haciendo mal.
Cuarto punto, el dedo pulgar:
El propio dedo pulgar es un elemento clave para evitar el agarrotamiento. Debemos evitar que toda la fuerza que ejercemos con los dedos sobre las cuerdas recaiga en la pinza de nuestra mano. Si dejamos todo el trabajo a dicha pinza, cansaremos rápidamente la mano y no podremos tocar de manera continuada. Hay que sentir, proyectar de alguna manera, el peso de nuestros dedos, mano y brazo contra el diapasón. Como si abrazáramos el violonchelo contra nosotros. De esa manera, al presionar las cuerdas hacia nuestro cuerpo, lo haremos también contra el diapasón.
Conseguiremos así una unión perfecta entre la cuerda y la madera para que las notas suenen limpias y claras, a falta de hacer también un buen trabajo con el arco, claro está. Pero desde luego, si pasamos bien el arco, nunca estropearemos el sonido si presionamos correctamente las cuerdas con esta técnica bien trabajada.
Colocación y movimiento del brazo izquierdo
Como decía más arriba, es fundamental no perder el correcto ángulo y arco de los dedos, que nos permita tocar con todas las cuerdas libres de roces. Para ello, el brazo izquierdo en el violonchelo es crucial. Tenemos que interiorizar el movimiento natural del brazo, que irá rotando dirigido desde el codo. Cuanto más grave es la cuerda que tenemos que tocar, más alto debe estar el codo para que nuestros dedos caigan perpendiculares a la cuerda, sin pisar las otras. Basta ver cualquier vídeo de algún chelista profesional para darnos cuenta de que todos levantan el codo para tocar la cuerda DO, y lo van bajando paulatinamente hasta llegar a la cuerda LA, que es el punto en el que el codo queda más pegado al cuerpo.
Recuerda no generar tensiones, ni levantar el hombro. De hecho, tener cada parte bien relajada, desde el hombro hasta la mano, te ayudará a proyectar el peso. Recuerda que buscamos presionar las cuerdas sin utilizar fuerzas innecesarias en nuestros dedos.
Cómo optimizar esta lección de técnica de para dedos, mano y brazo izquierdos
Nuevamente, y a riesgo de ser repetitivo, pero es que es un hábito muy saludable, utiliza un espejo. Comprueba los movimientos que realizas, ensaya por todas las cuerdas. Si tienes dudas, visualiza en todo momento mi vídeo-tutorial y trata de imitar lo que ves. Cada persona tiene una fisionomía diferente. Sin embargo, en el caso de la técnica del brazo izquierdo resulta casi idéntica para todo tipo de personas. Puede que necesites levantar tu codo un poco más (o menos) que yo para tocar en la cuerda DO. No obstante, el propio oído te confirmará si lo estás haciendo bien. Si eres capaz de tocar el resto de cuerdas limpiamente, teniendo los 4 dedos colocados en la DO, ya es correcto.
Si sientes que estás presionando con demasiada fuerza tu dedo pulgar, relaja. Trata de «abrazar» tu violonchelo. Pero, y esto es muy importante, recuerda que el dedo pulgar no se separe del mástil. Sin presionarlo, pero siempre pegado a él.
Refuerzos para tu práctica de la lección
Utiliza la lección de las notas y las escalas del violonchelo para ir practicando esta técnica en algo ya conocido. No te preocupes, porque pronto estarás tocando tus primeras canciones y estudios. Ahora lo que importa es prepararte bien para ello. Y es lo que hacemos en este curso: garantizar tu progreso correcto.
Procura tocar las notas de la cuerda DO haciendo comprobaciones frente al espejo. Repasa que puedas hacer sonar las otras cuerdas libremente, cada poco tiempo. Una buena manera de empezar, para evitar solapar dificultades, es usar el pizzicato. Úsalo para los ejercicios de notas y escalas hasta que veas que tu brazo, mano y dedos izquierdos se posicionan correctamente. Una vez lo sientas interiorizado, empieza con el arco.
En este punto, al aplicar el arco del chelo, estarás sumando dificultad. ¡El más difícil todavía! Mucha atención ahí a no tensar la pinza de la mano izquierda. No queremos agarrotar, recuerda, y ese momento será un punto crítico.
Cuando puedas tocar con una técnica correcta, usando además el arco, será el momento de pasar a la siguiente lección.
Como es habitual en Cellomaniacos, te animo a preguntar si tienes alguna duda y si te apetece, puedes grabar vídeos de tus progresos y publicarlos en el grupo privado de Facebook. Allí podremos darte consejos y valoraciones de tu trabajo y tus logros. Siempre será un placer poder ayudarte.
¡Nos vemos pronto, en la siguiente lección del curso!